Acapulco de Juárez, Gro. Méx. a 6 de Abril del 2010
Publicado por:
Emilio Nahín Rojas Madero
Amor, Tormentoso Amor
Tú eres la musa
inspiradora,
Hermosa doncella de
mis versos;
Para ti escribo a
cada hora,
Recordando tus
dulces desprecios.
Mujer no cabe duda
alguna,
Que nos gusta el
sufrimiento;
Nuestras lágrimas
hacen laguna,
Revolcándonos con gusto
y no miento.
No toleramos el
amor y la buena vida,
Cuando nosotros las
controlamos;
Emprendemos
inmediatamente la huida,
En brazos del
llanto y los reclamos.
Hoy que tú eres
quien me controla,
Me encuentro
amargamente contento;
Las noches ya no me
las paso a solas,
Me acompaña el
recuerdo de tu desprecio.
Las ocasiones en
que nos vemos,
Solo berrinches de
niños hacemos;
Te digo palabras
dulces y tiernas,
Y tú las derrumbas atándome
cadenas.
Si yo soy quien
escupe el veneno,
Te derrumbas en
grandes amarguras;
Y me reclamas un
derecho ajeno,
Por éstas mis
palabras tan duras.
Me hacen sentirme el
culpable,
Hincándome con arrepentimiento;
Te pido perdón como
un miserable,
Pero disfruto este
maldito tormento.
Mujer ¡En que
acabara nuestro juego!
Después del amor
que nos tuvimos;
Éste ahora se
consume en su fuego,
¡Del amor al odio
porque no nos comprendimos!
“Amiga” despréciame
con tu amor,
Para que se
desgarre mi tierno corazón;
Que feliz al llorar
soy con este desamor,
Que me envenena dulcemente
el corazón.Autor: Emilio Nahín Rojas Madero / 21 de Octubre del 2008
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